sábado, 6 de septiembre de 2014

Se confirma que cometas forjan moléculas orgánicas en sus atmósferas

Un equipo internacional de científicos usó el telescopio ALMA para obtener increíbles imágenes tridimensionales de las fantasmales atmósferas que rodean los cometas ISON y Lemmon. Estas nuevas observaciones proporcionaron información valiosa sobre cómo y cuándo los cometas forjan nuevos químicos, entre los cuales se encuentran algunos interesantes compuestos orgánicos.

Los cometas contienen algunos de los materiales más antiguos y puros de nuestro Sistema Solar, de ahí que comprender su composición química única sirva para revelar importantes datos sobre el nacimiento de nuestro planeta y los orígenes de los compuestos orgánicos que constituyen los componentes básicos de la vida. Las observaciones en alta resolución hechas con ALMA proporcionaron una fascinante visión en 3D de la distribución de las moléculas en estas dos atmósferas cometarias, o comas.

“Hemos hecho un mapeo realmente único y revolucionario de importantes moléculas que nos ayudarán a comprender la naturaleza de los cometas”, dijo el jefe del equipo, Martin Cordiner, un astroquímico de la Catholic University of America que trabaja en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland (EE.UU.).

Este componente tridimensional único de las observaciones de ALMA se elaboró combinando imágenes bidimensionales en alta resolución de los cometas con espectro de alta resolución de tres moléculas orgánicas importantes: ácido cianhídrico (HCN), ácido isocianhídrico (HNC) y formaldehído (H2CO). Estos espectros, que se observaron en cada punto o pixel de las imágenes, permitieron no solo identificar las moléculas sino también medir su velocidad y, de esa forma, producir las imágenes tridimensionales en las que se aprecia la profundidad de las atmósferas cometarias.

Los nuevos resultados revelaron que el gas de HCN fluye en dirección opuesta al núcleo en todas las direcciones y de manera bastante pareja, mientras que el HNC está concentrado en cúmulos y chorros. La increíble capacidad de resolución de ALMA podría ayudar a mostrar con claridad los desplazamientos de estos cúmulos hacia distintas zonas de las atmósferas cometarias día tras día o incluso a cada hora. Estos patrones característicos confirman que las moléculas de HNC y H2CO se forman dentro de las comas y aportan nuevas pruebas de que el HNC podría surgir a raíz de la descomposición de moléculas complejas o polvo orgánico.

“Es importante comprender el comportamiento del polvo orgánico, puesto que estos materiales son más resistentes a la destrucción durante la entrada a la atmósfera, y algunos podrían haber llegado intactos a la Tierra y haber contribuido al surgimiento de la vida en los albores del planeta”, explica Michael Mumma, director del Centro Goddard de Astrobiología y coautor del estudio. “Estas observaciones abren una nueva ventana sobre este componente poco conocido de la composición orgánica de los cometas”, señala.

“ALMA no solo nos ayuda a identificar moléculas específicas en la coma, sino que además nos permite mapear su ubicación con gran detalle”, afirma Anthony Remijan, astrónomo del Observatorio Radio Astronómico Nacional (NRAO) de EE.UU. en Charlottesville (Virginia) y coautor del estudio.

Las observaciones también destacan debido a que los cometas de tamaño modesto como Lemmon e ISON contienen concentraciones relativamente bajas de estas moléculas cruciales, con lo cual son difíciles de estudiar en profundidad con telescopios terrestres. Los pocos estudios exhaustivos de este tipo que se han realizad a la fecha han sido sobre cometas extremadamente brillantes como el Hale-Bopp, y con esta observación se han extendido los resultados a los cometas de brillo moderado.

El cometa ISON (conocido oficialmente como C/2012 S1) fue observado con ALMA entre el 15 y el 17 de noviembre de 2013, cuando se encontraba solo a unos 75 millones de kilómetros del Sol (cerca de la mitad de la distancia que hay entre la Tierra y el Sol). El cometa Lemmon (conocido oficialmente como C/2012 F6) fue observado entre el 1 y el 2 de junio de 2014, mientras estaba a 224 millones de kilómetros del Sol (cerca de 1,5 veces la distancia que hay entre la Tierra y el Sol).

“La alta sensibilidad alcanzada en estos estudios allana el camino para observar quizá cientos de los cometas más tenues y distantes, o incluso más”, prevé Stefanie Milam, del Centro Goddard de Astrobiología, otra coautora del estudio. “Los hallazgos indican que también debería ser posible mapear moléculas más complejas hasta ahora no detectadas en los cometas”, agrega.

Fuente: www.cosmonoticias.org

¿Por qué los extraterrestres vendrían a la Tierra?

Las agencias de turismo deberían estar ofreciendo un descuento importante para viajar a la Tierra desde toda la galaxia, ¿o no? En una película tras otra, los extraterrestres deciden no visitar las atracciones de la Vía Láctea –incluyendo estrellas de neutrones, nubes de antimateria, Júpiter calientes, y un agujero negro central de unas 4 millones de masas solares- en favor de nuestro planeta. En las películas de extraterrestres, la pequeña mota de roca que habitamos parece ser un destino turístico muy popular.

Incluso una lista pequeña de películas te darán una idea: Día de la Independencia, La Guerra de los Mundos, Superman II, ¡Marcianos al Ataque!, El día que la Tierra se detuvo, Los payasos asesinos del espacio exterior… Todas ellas comparten una premisa común, específicamente que la Tierra es ‘de lo mejor’, cósmicamente hablando.

Además, los directores parecen asumir que los viajes interestelares son posibles. Y aún si son posibles estas excursiones serían muy costosas, por lo que las civilizaciones extraterrestres deberían tener razones muy fuertes para realizar estos viajes (ya sea al Sistema Solar o cualquier otro sistema planetario). Si bien existe la opción de que dichas civilizaciones hayan descubierto una forma fácil y económica de hacer viajes interestelares, eso significaría que tendrían una tecnología suficientemente avanzada como para solucionar prácticamente cualquier problema que los empuje a viajar de planeta en planeta.

Al parecer, no es necesario que los extraterrestres vengan a la Tierra, así que el artículo podría terminar aquí. Pero las películas están allí, así que seguiremos adelante.

Asumamos entonces que necesitan viajar a la Tierra. “Pero en realidad, ¿te has preguntado qué motivaría a seres de otros mundos a tolerar un viaje de cientos de billones de kilómetros para visitar nuestro planeta? Es un viaje tan implacable y libre de paisajes para observar, que sus naves espaciales no necesitarían ventanas. ¿Por qué molestarse?”, se cuestiona Seth Shostak, astrónomo senior y director del Centro de Investigación SETI.

Escritores de Hollywood han hecho esta pregunta a Shostak al menos media docena de veces, y la mejor respuesta que puede dar es “no lo sé”, dice.

Su respuesta improvisada es claramente desalentadora, y la resolución usual de los directores de cine es recurrir a dos incentivos gastados para traer extraterrestres: la búsqueda de recursos naturales, y experimentos de reproducción.

“Sinceramente, y no es por aguarle la fiesta a nadie, nada tiene sentido”, señala Shostak.

Recursos naturales

“Considera la idea de que los extraterrestres quieren materiales para sus necesidades industriales. Está bien pensar que la Tierra es valiosa como una mina, pero ¿qué tenemos que ellos no?”, dice Shostak.

Una respuesta común a esta pregunta es “el agua”. Bueno, lamentamos decepcionarlos, pero el Universo está lleno de agua; tanto el hidrógeno como el oxígeno están en todas partes. ¡Hay más agua en algunas de las lunas de Júpiter que en la Tierra! Así que pueden ahorrarse una guerra con los humanos buscando agua en otros lugares del Sistema Solar (o de la galaxia).

Extraer otros minerales y metales es casi igual de innecesario y poco conveniente. El cosmos entero está hecho de los mismos elementos (y más o menos en las mismas proporciones) que nuestro vecindario local. No es necesario importar estos materiales desde años-luz de distancia.

¿Quizá necesitan tierras agrícolas? Tal vez solo quieren un lugar donde cultivar sus vegetales y frutos. Pero ¿por qué realizar un viaje interestelar? Si tienen la tecnología necesaria para hacer esos viajes, sería mejor considerar la construcción de invernaderos más cerca de casa; sería mucho más barato. Y si los campos de la Tierra son tan atractivos, ¿por qué nadie puso una bandera hace miles de millones de años?

Reproducción

Los experimentos de reproducción son una opción todavía menos plausible.

Se ha propuesto que los extraterrestres podrían estar aquí para reproducirse y usar mujeres como madres de alquiler, para luego de un par de meses extraer un feto híbrido, mezcla de extraterrestre y ser humano. Pero de nuevo, si tienen una tecnología tan avanzada, ¿por qué venir a la Tierra para solucionar sus problemas de reproducción?

Por otro lado, cualquier persona que haya aprendido algo de biología en el colegio sabría que la reproducción con otras especies en la Tierra –de las cuales todas poseen ADN, y por tanto están muy relacionadas con nosotros- no solo es difícil, está garantizado que sea infructuosa.

Algunos cineastas incluso han sugerido que los extraterrestres están aquí para salvarnos de nosotros mismos. Además del hecho obvio de que no tienen conocimiento de nuestros problemas actuales como el cambio climático o la proliferación nuclear (nuestras transmisiones que dan cuenta de ello aún no los han alcanzado), ¿por qué estarían interesados? ¿Por qué no ayudaron a los dinosaurios? ¿Acaso somos más dignos que ellos?

Otras razones podrían incluir sus deseos de obtener información o tecnología en la que (de alguna forma) somos superiores, razones ideológicas, venganza por algo que hicimos y que ni siquiera notamos, forzarnos a seguir emitiendo alguna serie de TV (como en Futurama)…

¿Entonces?

En definitiva, no hay ninguna razón creíble por la que una civilización quisiera invadir la Tierra, y lo único verdaderamente especial en la Tierra son probablemente su biota y nuestra cultura. Podrían aprender mucho sobre cualquiera de éstos aspectos solamente analizando la huella espectral de nuestra atmósfera o sintonizando nuestras transmisiones de televisión, y se ahorrarían una gran cantidad de combustible al evitar un viaje interestelar.

Si quieren esclavos, construirán robots. Si quieren comida, construirán invernaderos espaciales. Si quieren un lugar donde vivir, construirán mundos anillo o terraformarán un planeta adecuándolo a sus necesidades. Si quieren información de nuestro planeta, analizarán su espectro y las emisiones de radio. Si quieren exterminarnos, desviarán un par de asteroides de 10 km de diámetro hacia la Tierra o enviarán sondas robóticas.

Así que, a pesar de lo que muestran las películas, seguramente los extraterrestres no tienen deseos de visitarnos; no estamos marcados como su próximo destino galáctico.

Fuente: www.cosmonoticias.org

domingo, 24 de octubre de 2010

LA ASTRONOMIA

La astronomía (del griego: αστρονομία = άστρον + νόμος, etimológicamente la "ley de las estrellas") es la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes, sus movimientos y los fenómenos ligados a ellos. Su registro y la investigación de su origen viene a partir de la información que llega de ellos a través de la radiación electromagnética o de cualquier otro medio. La astronomía ha estado ligada al ser humano desde la antigüedad y todas las civilizaciones han tenido contacto con esta ciencia. Personajes como Aristóteles, Tales de Mileto, Anaxágoras, Aristarco de Samos, Hiparco de Nicea, Claudio Ptolomeo, Hipatia de Alejandría, Nicolás Copérnico, Santo Tomás de Aquino, Tycho Brahe, Johannes Kepler, Galileo Galilei, Isaac Newton, Immanuel Kant, Gustav Kirchhoff y Albert Einstein han sido algunos de sus cultivadores.

Es una de las pocas ciencias en las que los aficionados aún pueden desempeñar un papel activo, especialmente en el descubrimiento y seguimiento de fenómenos como curvas de luz de estrellas variables, descubrimiento de asteroides y cometas, etc.

No debe confundirse a la Astronomía con la astrología. Aunque ambas comparten un origen común, son muy diferentes. La Astronomía es una ciencia: los astrónomos siguen el método científico. La astrología, que se ocupa de la supuesta influencia de los astros en la vida de los hombres, es una pseudociencia: los astrólogos siguen un sistema de creencias no probadas o abiertamente erróneas; por ejemplo, no tienen en cuenta la precesión de los equinoccios, un descubrimiento que se remonta a Hiparco de Nicea.

En casi todas las religiones antiguas existía la cosmogonía, que intentaba explicar el origen del universo, ligando éste a los elementos mitológicos. La historia de la astronomía es tan antigua como la historia del ser humano. Antiguamente se ocupaba, únicamente, de la observación y predicciones de los movimientos de los objetos visibles a simple vista, quedando separada durante mucho tiempo de la Física. En Sajonia-Anhalt, Alemania, se encuentra el famoso Disco celeste de Nebra, que es la representación más antigua conocida de la bóveda celeste. Quizá fueron los astrónomos chinos quienes dividieron, por primera vez, el cielo en constelaciones. En Europa, las doce constelaciones que marcan el movimiento anual del Sol fueron denominadas constelaciones zodiacales. Los antiguos griegos hicieron importantes contribuciones a la astronomía, entre ellas, la definición de magnitud. La astronomía precolombina poseía calendarios muy exactos y parece ser que las pirámides de Egipto fueron construidas sobre patrones astronómicos muy precisos.

La cultura griega clásica primigenia postulaba que la Tierra era plana. En el modelo aristotélico lo celestial pertenecía a la perfección -"cuerpos celestes perfectamente esféricos moviéndose en órbitas circulares perfectas"-, mientras que lo terrestre era imperfecto; estos dos reinos se consideraban como opuestos. Aristóteles defendía la teoría geocéntrica para desarrollar sus postulados. Fue probablemente Eratóstenes quien diseñara la esfera armilar que es un astrolabio para mostrar el movimiento aparente de las estrellas alrededor de la tierra.

La astronomía observacional estuvo casi totalmente estancada en Europa durante la Edad Media, a excepción de algunas aportaciones como la de Alfonso X el Sabio con sus tablas alfonsíes, o los tratados de Alcabitius, pero floreció en el mundo con el Imperio persa y la cultura árabe. Al final del siglo X, un gran observatorio fue construido cerca de Teherán (Irán), por el astrónomo persa Al-Khujandi, quien observó una serie de pasos meridianos del Sol, lo que le permitió calcular la oblicuidad de la eclíptica. También en Persia, Omar Khayyam elaboró la reforma del calendario que es más preciso que el calendario juliano acercándose al Calendario Gregoriano. A finales del siglo IX, el astrónomo persa Al-Farghani escribió ampliamente acerca del movimiento de los cuerpos celestes. Su trabajo fue traducido al latín en el siglo XII. Abraham Zacuto fue el responsable en el siglo XV de adaptar las teorías astronómicas conocidas hasta el momento para aplicarlas a la navegación de la marina portuguesa. Ésta aplicación permitió a Portugal ser la puntera en el mundo de los descubrimientos de nuevas tierras fuera de Europa.

Durante siglos, la visión geocéntrica de que el Sol y otros planetas giraban alrededor de la Tierra no se cuestionó. Esta visión era lo que para nuestros sentidos se observaba. En el Renacimiento, Nicolás Copérnico propuso el modelo heliocéntrico del Sistema Solar. Su trabajo De Revolutionibus Orbium Coelestium fue defendido, divulgado y corregido por Galileo Galilei y Johannes Kepler, autor de Harmonices Mundi, en el cual se desarrolla por primera vez la tercera ley del movimiento planetario.

Galileo añadió la novedad del uso del telescopio para mejorar sus observaciones. La disponibilidad de datos observacionales precisos llevó a indagar en teorías que explicasen el comportamiento observado (véase su obra Sidereus Nuncius). Al principio sólo se obtuvieron reglas ad-hoc, cómo las leyes del movimiento planetario de Kepler, descubiertas a principios del siglo XVII. Fue Isaac Newton quien extendió hacia los cuerpos celestes las teorías de la gravedad terrestre y conformando la Ley de la gravitación universal, inventando así la mecánica celeste, con lo que explicó el movimiento de los planetas y consiguiendo unir el vacío entre las leyes de Kepler y la dinámica de Galileo. Esto también supuso la primera unificación de la astronomía y la física (véase Astrofísica).

Tras la publicación de los Principios Matemáticos de Isaac Newton (que también desarrolló el telescopio reflector), se transformó la navegación marítima. A partir de 1670 aproximadamente, utilizando instrumentos modernos de latitud y los mejores relojes disponibles se ubicó cada lugar de la Tierra en un planisferio o mapa, calculando para ello su latitud y su longitud. La determinación de la latitud fue fácil pero la determinación de la longitud fue mucho más delicada. Los requerimientos de la navegación supusieron un empuje para el desarrollo progresivo de observaciones astronómicas e instrumentos más precisos, constituyendo una base de datos creciente para los científicos.

A finales del siglo XIX se descubrió que, al descomponer la luz del Sol, se podían observar multitud de líneas de espectro (regiones en las que había poca o ninguna luz). Experimentos con gases calientes mostraron que las mismas líneas podían ser observadas en el espectro de los gases, líneas específicas correspondientes a diferentes elementos químicos. De esta manera se demostró que los elementos químicos en el Sol (mayoritariamente hidrógeno) podían encontrarse igualmente en la Tierra. De hecho, el helio fue descubierto primero en el espectro del Sol y sólo más tarde se encontró en la Tierra, de ahí su nombre.

Se descubrió que las estrellas eran objetos muy lejanos y con el espectroscopio se demostró que eran similares al Sol, pero con una amplia gama de temperaturas, masas y tamaños. La existencia de la Vía Láctea como un grupo separado de estrellas no se demostró sino hasta el siglo XX, junto con la existencia de galaxias externas y, poco después, la expansión del universo, observada en el efecto del corrimiento al rojo. La astronomía moderna también ha descubierto una variedad de objetos exóticos como los quásares, púlsares, radiogalaxias, agujeros negros, estrellas de neutrones, y ha utilizado estas observaciones para desarrollar teorías físicas que describen estos objetos. La cosmología hizo grandes avances durante el siglo XX, con el modelo del Big Bang fuertemente apoyado por la evidencia proporcionada por la astronomía y la física, como la radiación de fondo de microondas, la Ley de Hubble y la abundancia cosmológica de los elementos químicos.

Durante el siglo XX, la espectrometría avanzó, en particular como resultado del nacimiento de la física cuántica, necesaria para comprender las observaciones astronómicas y experimentales.

Instrumentos de observación

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Galileo Galilei observó gracias a su telescopio cuatro lunas del planeta Júpiter, un gran descubrimiento que chocaba diametralmente con los postulados tradicionalistas de la Iglesia Católica de la época.

Para observar la bóveda celeste y las constelaciones más conocidas no hará falta ningún instrumento, para observar cometas o algunas nebulosas sólo serán necesarios unos prismáticos, los grandes planetas se ven a simple vista; pero para observar detalles de los discos de los planetas del sistema solar o sus satélites mayores bastará con un telescopio simple. Si se quiere observar con profundidad y exactitud determinadas características de los astros, se necesitan instrumentos que necesitan de la precisión y tecnología de los últimos avances científicos.

El estudio del Universo o Cosmos y más concretamente del Sistema Solar ha planteado una serie de interrogantes y cuestiones, por ejemplo cómo y cuándo se formó el sistema, por qué y cuándo desaparecerá el Sol, por qué hay diferencias físicas entre los planetas, etc.

Es difícil precisar el origen del Sistema Solar. Los científicos creen que puede situarse hace unos 4.600 millones de años, cuando una inmensa nube de gas y polvo empezó a contraerse probablemente, debido a la explosión de una supernova cercana. Alcanzada una densidad mínima ya se autocontrajo a causa de la fuerza de la gravedad y comenzó a girar a gran velocidad, por conservación de su momento cinético, al igual que cuando una patinadora repliega los brazos sobre si misma gira más rápido. La mayor parte de la materia se acumuló en el centro. La presión era tan elevada que los átomos comenzaron a fusionarse, liberando energía y formando una estrella. También había muchas colisiones. Millones de objetos se acercaban y se unían o chocaban con violencia y se partían en trozos. Algunos cuerpos pequeños (planetesimales) iban aumentando su masa mediante colisiones y al crecer, aumentaban su gravedad y recogían más materiales con el paso del tiempo (acreción). Los encuentros constructivos predominaron y, en sólo 100 millones de años, adquirió un aspecto semejante al actual. Después cada cuerpo continuó su propia evolución.

El Sol es la estrella que, por el efecto gravitacional de su masa, domina el sistema planetario que incluye a la Tierra. Es el elemento más importante en nuestro sistema y el objeto más grande, que contiene aproximadamente el 98% de la masa total del sistema solar. Mediante la radiación de su energía electromagnética, aporta directa o indirectamente toda la energía que mantiene la vida en la Tierra. Saliendo del Sol, y esparciéndose por todo el Sistema solar en forma de espiral tenemos al conocido como viento solar que es un flujo de partículas, fundamentalmente protones y neutrones. La interacción de estas partículas con los polos magnéticos de los planetas y con la atmósfera genera las auroras polares boreales o australes. Todas estas partículas y radiaciones son absorbidas por la atmósfera. La ausencia de auroras durante el Mínimo de Maunder se achaca a la falta de actividad del Sol.

A causa de su proximidad a la Tierra y como es una estrella típica, el Sol es un recurso extraordinario para el estudio de los fenómenos estelares. No se ha estudiado ninguna otra estrella con tanto detalle. La estrella más cercana al Sol está a 4,2 años luz.

El Sol (todo el Sistema Solar) gira alrededor del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia. Da una vuelta cada 225 millones de años. Ahora se mueve hacia la constelación de Hércules a 19 km/s. Actualmente el Sol se estudia desde satélites, como el Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO), dotados de instrumentos que permiten apreciar aspectos que, hasta ahora, no se habían podido estudiar. Además de la observación con telescopios convencionales, se utilizan: el coronógrafo, que analiza la corona solar, el telescopio ultravioleta extremo, capaz de detectar el campo magnético, y los radiotelescopios, que detectan diversos tipos de radiación que resultan imperceptibles para el ojo humano.

Ademas cabe destacar que el sol es una de las 100.000 millones de estrellas de nuestra galaxia es una enana amarrilla corriente, que esta a 8,5 minitos luz de la tierra y es de media edad.Con 1,4 millones de kilometros de diametro contiene el 99,8 por ciento de la masa de nuestro sistema solar que se consume a un ritmo de 5 millones de toneladas por segundo produciendo 383.000 millones de megavatios de energia. La parte visible del Sol está a 6.000 °C y la corona, más alejada, a 2.000.000 °C. Estudiando al Sol en el ultravioleta se llegó a la conclusión de que el calentamiento de la corona se debe a la gran actividad magnética del Sol. Los límites del Sistema Solar vienen dados por el fin de su influencia o heliosfera, delimitada por un área denominada Frente de choque de terminación o Heliopausa.

domingo, 10 de octubre de 2010

TEORÍA GEOCÉNTRICA

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYM6tChsgaesK5XGYi_cwDdkEHfU2ZgULmxlVWdRXYr39UjFMwWt22ScB_jpV7aqfH_oPA0uHkLBeTmoGREZGXPbNDpZIjmVDQqdG1JNzamL1bcHJTuc0MNScTmqYKUCPXK4HnQc6m_tsi/s1600/modelogeocentrico.gifLa Teoría geocéntrica es una antigua teoría de ubicación de la Tierra en el Universo. Coloca la Tierra en el centro del Universo, y los astros, incluido el Sol, girando alrededor de ella (geo: Tierra; centrismo: centro). Creer que la Tierra es el centro del universo es la opinión obvia de quien no se plantea hallar una solución a los problemas que presentan los movimientos de los cuerpos celestes, esto es, los movimientos de los planetas. El geocentrismo estuvo vigente en las más remotas civilizaciones. Por ejemplo, en Babilonia era ésta la visión del universo y en su versión completada por Claudio Ptolomeo en el siglo II en su obra El Almagesto, en la que introdujo los llamados epiciclos, ecuantes y deferentes, estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue reemplazada por la teoría heliocéntrica.

TEORÍA HELIOCÉNTRICA

La Teoría heliocéntrica es la que prueba que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol (Estrella del Sistema Solar). El heliocentrismo, fue propuesto en la antigüedad por el griego Aristarco de Samos, quien se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la teoría geocéntrica de Ptolomeo e Hiparco, comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con la visión antropocéntrica imperante.

Más de un milenio más tarde, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por Nicolás Copérnico, uno de los más influyentes astrónomos de la historia, con la publicación en 1543 del libro De Revolutionibus Orbium Coelestium. La diferencia fundamental entre la propuesta de Aristarco en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea cálculos matemáticos para sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto, sus ideas marcaron el comienzo de lo que se conoce como la revolución científica. No sólo un cambio importantísimo en la astronomía, sino en las ciencias en general y particularmente en la cosmovisión de la civilización. A partir de la publicación de su libro y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega, la civilización rompe con la idealización del saber incuestionable de la antigüedad y se lanza con mayor ímpetu en busca del conocimiento.

ECLIPSES

Uno de los fenómenos astronómicos más espectaculares son los eclipses, esto es, el oscurecimiento del Sol o la Luna durante un corto intervalo de tiempo. En particular son especialmente interesantes los eclipses de Sol, ya que a pleno día el Sol desaparece y se hace la noche. Una condición indispensable para que tenga lugar un eclipse de Sol es que este astro, junto con la Luna y la Tierra (en ese orden), se encuentren ubicados en una misma línea del espacio; en esas condiciones la sombra de la Luna se proyectará sobre una limitada región de la superficie terrestre centrada en esa línea.

Todos los habitantes que se encuentran en esa zona de la Tierra, sumergidos dentro del cono de sombra lunar, verán al Sol ocultarse detrás de la Luna durante algunos minutos (el tiempo que dura el pasaje de la Luna frente al disco solar).

Los eclipses solares pueden ser totales (se oscurece completamente el disco del Sol), parciales (se oculta una porción del disco) y anulares (el disco de la Luna queda contenido dentro del disco solar y se ve un anillo brillante).

Durante un eclipse solar total, por lo tanto, se verá en pleno día un cielo típicamente nocturno, en el cual brillarán algunas estrellas; se oscurecerá el disco solar y sólo la débil atmósfera del Sol será apreciable. El cielo terrestre durante un eclipse total de Sol es tan oscuro como el de una noche de Luna Llena.

El fenómeno de los eclipses solares se produce, como dijimos, en ciertas y precisas condiciones, ya que el plano de la órbita de la Luna no es coincidente con la eclíptica; si así fuese, los eclipses serían un fenómeno mucho más frecuente. Dinámicamente, sólo dos veces por año se da la configuración en la que los tres astros se encuentran sobre una misma recta; sólo entonces serán posibles los eclipses de Sol.

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No tan espectaculares como los de Sol, aunque bastante llamativos, son los eclipses de Luna. Cuando el Sol, la Tierra y la Luna (ahora en este orden), se ubican sobre una misma línea del espacio, sucede que la sombra de la Tierra cubre la superficie de la Luna, que en la ocasión se encontrará necesariamente en su fase de Luna Llena. Entonces vemos el oscurecimiento del disco lunar. Estos eclipses serán visibles para todos los habitantes de la Tierra que, en ese momento, tengan la Luna por encima de sus respectivos horizontes. La máxima duración de un eclipse lunar es de 104 minutos. El oscurecimiento de la Luna durante el eclipse total (cuando la Luna se encuentra por completo dentro del cono de sombra de la Tierra) no siempre es igual; en algunos eclipses es muy pronunciado y en otros no tanto.

Esta curiosa situación depende de las condiciones reinantes en la alta atmósfera terrestre, la cual será atravesada por los rayos solares rasantes que delimitan la sombra de la Tierra; si hay mucho polvo en la atmósfera, por ejemplo por erupciones volcánicas recientes o nubes muy densas, el eclipse resultará más oscuro. Un dato a tener en cuenta es que un eclipse de Luna coincide siempre con la fase de Luna Llena y se lo observará sólo de noche; en cambio un eclipse de Sol corresponde a la Luna Nueva, y por consiguiente lo veremos en pleno día.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Qué es un OVNI?

El término objeto volador no identificado, más conocido por ovni (del acrónimo OVNI, calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object), se refiere al avistamiento de un objeto volante, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH6Qk59cmVRIX-10BMuB9GM-3TRXUQ3NWYDdy-vHErbA-jIgP85mACn2Pja82NrNyP4-kWAeIxNX_jvajXnzhJSkdKwXc-nwOpgsiKYkyjDFXOEbNp0HJnF_G4ZWgI1hyNDYvYNMXdv58/s1600/ovni06.jpgGeneralmente se relaciona a los ovnis con platillos voladores. Aunque los avistamientos de fenómenos aéreos inusuales se remontan a la antigüedad, el término platillo volador se popularizó en 1947, podríamos decir que por error. El 24 de junio de ese año, el piloto civil norteamericano Kenneth Arnold vio, mientras volaba, una formación de nueve artefactos alados muy extraños cerca de Mount Rainier, en el estado de Washington, EE. UU. Arnold declaró a la prensa que esos objetos revoloteaban como barcos en aguas muy movidas, y para ejemplificarlo comparó el modo de vuelo que observó al de «un platillo lanzado a través del agua». Los periódicos lo interpretaron mal y lo citaron incorrectamente, diciendo que el piloto había visto naves en forma de platillos que volaban. «Dijeron que yo había dicho que eran "como platillos", cuando lo que yo dije fue que "volaban al estilo de un platillo"», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950 (Sagan, 1997).
Mientras la explicación original se ha olvidado, el término platillo volador se ha convertido en una palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era bastante diferente de lo que sólo unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de maniobra. (Sagan, 1997)

Debido a los numerosos informes, algunos grupos ufológicos especulan que sería bastante probable que no se haya informado de muchos otros debido al miedo al ridículo público, dado el estigma social que se ha creado sobre el tema ovni. Esto ya que en la cultura popular en todo el mundo, se usa generalmente el término ovni para referirse a cualquier hipotética nave extraterrestre, aunque la expresión en sí misma realmente no define la naturaleza del fenómeno. La expresión «platillo volante» o «platillo volador» también es usada como equivalente para describir a un tipo de ovni.

Tras la investigación, al no poderse identificar esos objetos voladores ni su origen el suceso se registró como avistamiento ovni. Sin embargo, cuando un ovni es identificado como un objeto conocido (por ejemplo, un avión o un globo-sonda meteorológico), deja de ser ovni y se convierte en objeto volador identificado. En tales casos es inexacto seguir usando el término para describir el objeto.